FOTO DE LA ZONA ARQUEOLOGICA

“LOS ANTIGUOS”

Actualmente los pobladores de Chalcatzingo no sienten ninguna identificación o relación clara con sus antepasados prehispánicos; la intensa y prolongada acción colonizadora española se encargó de romper la identificación en forma muy efectiva. Para estos pobladores la zona arqueológica sólo les representa el lugar donde vivían “Los Antiguos”, término a veces despectivo, a veces respetuoso y a veces incierto, con que designan gentes y formas de vida pasadas. Hasta hace poco la relación más importante que la comunidad mantenía con el pasado arqueológico era el saqueo y tráfico de piezas arqueológicas; al igual que en tantas otras comunidades del país, las piezas arqueológicas no son vistas como parte del acervo histórico cultural de la nación, como era de esperarse. En realidad el significado de las piezas lo determina el valor monetario que podían tener ante los turistas nacionales y extranjeros y uno que otro traficante profesional. Dentro de los logros del proyecto INAH-Universidad de Illinois, está el haber despertado e incrementado el deseo de conservar las piezas como propiedad del pueblo; incluso se logró formar un museo.

Hay restos arqueológicos diseminados en casi todos los parajes de la localidad, aun los solares de las casas actuales contienen restos. La mayor concentración de construcciones y materiales arqueológicos está situada en todo el Cerro Delgado y en el lado Oeste del Cerro Ancho. Los montículos, estructuras y relieves visibles en la superficie no dan ni siquiera una idea aproximada de la gran cantidad y complejidad de construcciones que ahí han quedado. La erosión y la mano del hombre han depositado una capa de tierra que ha emparejado la superficie del paisaje.

La experiencia personal en el proyecto arqueológico INAH-Universidad de Illinois permitió observar que apenas se ha empezado a develar una parte de esta intrincada zona de construcciones residenciales y ceremoniales tan elaboradas.

Son necesarios más proyectos de la misma o aún mayor envergadura para tener una idea de la verdadera composición de las áreas ceremoniales y de la extensión de las áreas “habitacionales”.